Caliente, húmeda y resbaladiza, con unos buenos pulmones y
un hambre voraz ... Así era Morlita cuando llegó al mundo, pequeña y
rosadita. Recuerdo perfectamente cuando me la pusieron encima, piel con
piel, mirarla y oirla llorar y solo querer consolarla "hola mi niña, ya está ni niña, ya estás aquí, ya está aquí mami, ya estamos juntas mi niña" le decía mientras la abrazaba, para hacerle saber que ya había pasado y que estaba conmigo, que por fin nos conocíamos!
Toda
madre dice lo increible que es el momento en que te ponen a tu pequeño
bebé encima y la verdad, no seré yo quien lo desmienta, porque es una de
las sensaciones más brutales que se puedan experimentar. Realmente es
difícil describirla porque és algo único, que nunca antes habías
sentido. En ese momento se para el tiempo, y no existe nada más en el
mundo, alrededor siguen pasando cosas, el personal sanitario continúa
con su trabajo, entran y salen, hacen y deshacen, pero es como si
estuvieran en un plano paralelo, en otra escena de la película, que
ocurre simultáneamente.
En ese
momento solo existe la nueva família que acabas de formar. De repente
habeis dejado de ser dos, para convertiros en una família, de repente
sois tres.
Pero para llegar a este
momento, antes tienes que pasar por el parto ... y eso son palabras
mayores jejejeje, que por supuesto os voy a contar!
Es
curioso, pero durante los últimos dias de mi embarazo cada noche,
cuando empezaban las contracciones, pensaba que mi peque quería salir,
algunas ni siquiera llegaba casi a conciliar el sueño, sin embargo, la
noche previa al día que nació Morlita, me acosté más tranquila, con la
mantita eléctrica en la espalda y me dormí hasta la mañana siguiente.
Había estado en el cumpleaños de mi sobrino, en un chiqui park, saltando
con él en una especie de castillo hinchable con mi pedazo barrigón,
después tomando algo con mis amigos, mietras me daban contracciones,
pero esa noche no le di importancia (aunque tenía a todo el chiqui park
acojonado pensando que me ponía de parto de un momento a otro).
A
la mañana siguiente, al levantarme fui al baño y expulsé el tapón
mucoso, pero con el tema de que podía estar asi días, pues me fuí con
papá aberroncho a las clases preparto a las que, al ser festivo, pudo
venir por primera vez conmigo.
Durante
la clase tuve contracciones y aprovechando que después tenía cita con
la comadrona, le conté que ya había tenido dos visitas al hospital y que
estaba de dos centímetros ya. Ella, que ya se había dado cuenta durante
las clases de mi cara de pocker cuando me pegaban las contracciones, me
exploró y me dijo "estás de parto, vete a casa, dúchate tranquilamente y
vete para el hospital que la vas a tener hoy". Y me lo suelta así tan
pancha a las 12 de la mañana!! Le pregunté si me daba tiempo a comer y
me dijo que si, así que me duché como había dicho, preparé las cosas, me
hice la última foto de rigor de la barriga antes de salir de casa y me
fuí a comerme unos huevos fritos con patatas al campo de mis suegros.
A
las tres y media entrábamos por la puerta del hospital, correas y demás
con unas contracciones bastante soportables, similares a las que había
tenido anteriormente pero más frecuentes. Me dijeron que me diera un
paseo y volviera si veía que iban a más así que volví a las 16:30 y ya
me instalé en el paritorio.
La
verdad es que hasta que no me pusieron la oxitocina, sobre las 18h,
todo bien. Yo de cachondeo, retransmitiendo el parto via whassap tan
rícamente. Pero en cuanto me la pusieron, ahi si vinieron las
contracciones de parto!! esas que te dicen "las notarás" y tanto que las
notas!!
Así que pedí la epidural,
(porque yo quería todo el dopaje que me tocara!!!) confiando en que va a
dejar de doler ... pobre ilusa!!! Hombre lo que es el dolor de barriga
de las contracciones y el de espalda, riñones o llamémosle X si se
apaciguó algo. Entonces rompí aguas, y al dolor apaciguado, le substituyó un dolor en un sitio de cuyo
nombre no quiero acordarme terroríiiiiiificoooooooooooo. Y como a nadie
se le ocurrió explicarme que había un botoncito al cual le podía dar si
quería doparme más, pues ahi me quedé yo con mis dolores de parto y de
espanto!!.
La dilatación, por
suerte, no fue muy lenta. Yo esperaba parecerme a mis tias por parte
paterna (que por lo visto, según había oido siempre, tenían mucha
facilidad para dilatar, hasta el punto de estar a punto de tener a algún
bebé en la sala de espera) y no parecerme a mi madre, que de mi hermana
estuvo horas incontables de parto. Y bueno ni pa' ti ni pa' mi, no fue
tan rapidísimo pero para ser primeriza estuvo muy bien, pasé de 4 cm a 9
- 10 en unas tres horitas.
Y sobre
las 22h dí mi primer empujón, pero Morlita estaba agustito dentro y
hacía como que iba a salir, pero en cuanto paraba de empujar ella
reculaba. Así que me pusieron vuelta para acá y vuelta para allá, para
ver si se colocaba mejor, y a las 22:30, que ya no podía más de dolor
pedí que vinieran para ponernos al lío!!! Necesitaba
empujaaaaaaaaaaaaar!!!.
Así que en
esas estuvimos, empujando que empujando, y Morlita iba bajando pisos en
el ascensor (tal y como me explicaron, empiezan en un cuarto piso y fué
bajando más o menos hasta el segundo). Pero en un momento dado, no me
pregunteis porqué, nosotros que estábamos tan tranquilos con la
comadrona y la enfermera, que eran más majas que todas las cosas, aparecieron allí tres enfermeras más y la
ginecóloga.
La ginecóloga se asomó
por ahi abajo y de pronto me hizo muchísimo daño (me ahorro los detalles
escatológicos, pero papá aberroncho dice que fue como Saw IV) y
empezaron a decir que iban a hacerle la prueba del PH al bebé, que
estuviera tranquila, que no le hacía daño al bebé, y sacaron a Papá
aberroncho de la sala. En ese momento yo no entendía nada, solo quería
quitarme de enmedio a la ginecóloga que me había hecho daño y empujar,
así que se lo dije y estuvieron de acuerdo, una de las enfermeras se
subió encima mía para ayudarme y del primer empujón coroné a Morlita.
Así que les tocó avisar corriendo a papá aberroncho que por suerte no se
había ido lejos!! Segundo empujón y Morlita sacó la cabeza ... tercero,
más suave y pusieron a Morlita sobre mí ...
Caliente, húmeda y resbaladiza, con unos buenos pulmones y un hambre voraz ...
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